domingo, 9 de agosto de 2015

Desconocido.

Ya se me ha vuelto costumbre comenzar la entrada con un "sé que hace mucho tiempo no escribo...", asi que no lo diré.
He tenido tanto tiempo para pensar, en serio, no creo que exista ser humano con mas tiempo que yo, es terrible tener tiempo, porque si de por sí, con el tiempo apretado pienso mucho, imagínense cuando me sobra... uff.
Pero, hoy, tengo la sensación que todo lo que he pensado es para bien, lo que no quiero decir que he pensado cosas buenas, pero bueno, que se le va a hacer, hoy me siento (de sentarse, no de sentir) tranquila, mirando a la nada, en el tercer escalón que por cinco años me acogió, escucho los ruidos de la noche y con un cigarro en la mano me dejo llevar, y me doy cuenta que debí, debo y deberé pasar por esto, porque así son las cosas, que si tuve que hundirme es porque siempre pude salir, y puedo decir con orgullo que lo hice, sola. Jamas me escapé de nada ni nadie, simplemente me paré y deje que la vida me golpeara cuantas veces quisiera, para luego mirarla de frente y decirle no me has hecho ni cosquillas.
Sí, lloré mucho, muchas noches abracé fuertemente mi almohada, esperando a dormir, muchas veces desperté sin ganas de poner un pie fuera de mi cama (muchas veces me quede en ella), muchas veces deseé que volvieras, ya se me olvidaron las veces que te busqué en mi cama, las veces que mis patitas buscaron en quien enrollarse, muchas veces mi espalda buscó la tuya y sólo se encontró con el muro, muchas veces entre sueños mis brazos te buscaron para abrazarte, muchas veces me encontré con imágenes que nos describían a la perfección, pantallazo, enviar... a quién? Ya no estabas!, muchas veces miré tu ventana, añorando los momentos que se quedaron atrás, envidiaba a todo el que vociferara que estaba comiendo sushi (y para mi desgracia, con sus polol@s), te extrañe muchas veces, hasta que me di cuenta que quizás no era a ti a quien extrañaba, sino nuestros momentos, aquellos que mi mente guarda tan celosamente, aquellos que me impiden odiarte, puedo decir que no te odio, pero si odio en quien te has convertido.
Y es eso mismo lo que me hace no quererte cerca nunca mas, te lo dije en tu cara, sin importarme quien estuviera, te dije que tu personalidad está asquerosa, lo cual te hace automáticamente asqueroso a ti, eres todo lo que dijiste que jamas serias, en lo que no te convertirías, me da pena eso, me da pena que para encajar hayas cambiado completamente, porque quieras o no, te conozco y muy bien, y eso no eres tú.
Te recuerdo todo los días, al menos una vez veo una foto de aquella época, al menos una vez me pregunto si estarás bien, también me pregunto si piensas lo mismo de mi (hasta que me respondo sola), me gustaría que a mi me hubieses dedicado mas canciones, mas poemas, mas estados, me gustaría haber sido esa persona que provoca que no pienses en nadie mas, y si, me comparo una y otra vez, sé que gano una y mil veces (modestia aparte), pero perdí, porque la belleza no lo es todo, pero yo te di todo de mi, y ni con eso te mantuve enamorado.
Hoy miro hacia adelante, y claramente no estas tú, tampoco quiero que estés, porque si me sacaste de tu vida es para siempre y sin retorno, aunque yo no escupo al cielo, pero por algo no estas, quiero que sepas solo unas cuantas cosas, que estoy segura que cuando llegue ese alguien que merezca conocer tu interior, jamas te dará: quiero que sepas que en estos cinco años, a pesar de todo, fuiste mi primer y mi ultimo pensamiento del día, que todos los días secretamente rezaba por ti, que antes que despertaras apagaba tu reloj y dejaba que durmieras cinco minutos mas (a pesar que dormías dos horas), que junto con eso te daba un besito, y te veía sonreír, que muchas veces vigilé tu sueño, por si tus pesadillas volvían a aparecer, que a pesar que siempre dije que no me casaría, si me veía envejeciendo junto a ti, que no me gustaba la fiesta porque era mucho mejor una noche solo los dos, porque era feliz. Aun pido un deseo por ti, aun espero que madures, y que todos los días aprendas algo. Quiero que sepas también que a pesar que hoy ya no caminamos de la mano te acompaño en cada momento, en cada pieza de sushi que comas, en cada película que mires, en cada posa de agua, en cada noche fría, en cada asiento que tenga vista al mar, en casa vaso de aquella cafetería gringa, y cada tequila que pruebes, soy esa michelada llena de limón, soy ese mistral ice, soy esas papitas fritas con vienesas, y soy la canción "acelerele chofer"...
Cuídate, que ya no estoy para cuidarte...
Voy sanando poco a poquito, entendiendo por qué todo acabó, comenzó la cuenta regresiva, y no puedo evitar tenerte en mi mente, me gustaría que me hubieses acompañado en este proceso, pero me tocó hacerlo sola, y luego que acabe, se viene otra cuenta regresiva, la mas triste pero necesaria.
J<3

No hay comentarios:

Publicar un comentario